A LA VEJEZ, DEPORTE















Hace unos pocos días, desempolvé la bicicleta, le dí dos litros de 3 en 1 a la cadena, le quité la etiqueta al maillot del Lidl que compré en 2003 y me lancé a la Vía Verde. Todo un acto de heroísmo tendente a despilfarrar calorías , en combinación con un afán suicida y cíclico que se repite en el inicio de cada curso escolar.

La tercera salida fue un domingo y a las 9 de la mañana ya estaba pedaleando con la vista puesta en Yerga. ¿Y con quien me encontré? Pues sí, con mucha gente con la que coincidía hace 15 años a la misma hora y el mismo día de la semana... pero en otro sitio y otra situación: en el Viana, desayunando, después de cerrar el último Pub. A varios de ellos apenas los había visto en este periodo. Quizás habíamos coincidido en unos hinchables o en algun cumpleaños en el Trompín. En fín, todos estamos pasando por uno u otro momento del proceso de crianza con el consiguiente abandono de la "vida loca". Y ahí andábamos, en plena naturaleza y quemando las toxinas de tantos años de acción. Si alguien nos hubiera dicho hace tres lustros que estaríamos un domingo por la mañana echando el bofe por un esfuerzo deportivo, lo hubiéramos enviado al carajo (o a por otro carajillo).

¿Y qué me vino a la mente? Pues os vais a reir de la tontería. Me imaginé el momento de comer un yogur: cuando somos jóvenes lo comemos a cucharadas, con ansiedad, sin apenas degustarlo. Pero cuando ya llevamos más de la mitad, metemos varias veces la puntita de la cucharilla (sin cachondeo ¿eh?)) y miramos con tristeza el fondo de la tarrina. Y al final, raspamos las paredes hasta el último resto. Quizás esta tendencia deportiva es un intento ingenuo de que el yogur nos dure más tiempo. O puede ser que ahora sea el momento de menear el músculo y no tocaba cuando éramos más jóvenes.

Quien sabe. Por si acaso, guardad la tapa del yogur para dar el último lametón.

Nota: obviamente la foto de arriba no está tomada en nuestra Vía Verde. No han colocado esos pivotes negros y amarillos.

ECHEMOS UNAS RISAS

Otra pata de la gran mesa de la canción de humor. LOS DEL GAS se han prodigado en discretas visitas a Calahorra. Como pasó con Los Berzas o Ixo Rai, pocos, pero afortunados han sido los que han degustado la miel de su cachondeo, que se funde con una ejecución musical fuera de serie. Los misterios (o necedades) de la industria discográfica no han dado bola a estos grupos. Y aquí, estamos, huérfanos de grupos de fiesta y birra, a merced de triunfitos y lolailos.

El primer vídeo, porque va clavado con la entrada de hoy. Y el segundo, porque sí.







Ah, se me olvidaba. En estos casos, las opiniones suelen ser de lo más dispar.Pero os vuelvo a recordar aquello de las opiniones y el culo, y a mí, esta idea, me ha parecido cojonuda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los del Gas pá cagalse de buenos. Y lo de la bici, hoy después de 100 año más o menos sin pillar la mía hoy me he ido pál pantano o pántano como también se le llama por aquí y con darle trs vueltas ya se me ha quedao el culo fastidiao. Eso pasa cuado ya eres una cuajada y quieres volver a yogurin.
Saludos cuajadillas..............

Charlyté dijo...

Ya pero el truco para dar vueltas sin que te duela el culo es esperar a que mi amiga la de la foto te adelante. Sólo tienes que seguir el rebufo y, hala, a dar la vuelta al mundo.

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