LOVE IS EVERYWHERE















O... donde menos esperas, salta la liebre.

La palabra "navegar" por la Red es sugerente y explícita, pero he de confesar que lo que yo suelo hacer es "divagar" por este mundo virtual. Bueno, también navego, pero más como corsario de muñón y garfio que como pescador de altura. Tengo entre mis "favoritos" un montón de caladeros de fotos e imágenes curiosas que se renuevan cada día con aportaciones anónimas de gente tan pertinaz como el que os escribe. Y esto es tan sencillo como terriblemente efectivo: le das al botón derecho, "guardar como..." y ¡hala!, al zurrón.

Mi cueva de Alí Babá se llama "Fotos varias" y ahí tengo de todo: técnicas impecables, enfoques imposibles, encuadres heterodoxos pero, sobre todo, instantes irrepetibles. Un fotógrafo puede aprender todos los rudimentos de su arte, seguir todos los consejos de su maestro y absorber el talento de sus colegas. Pero lo que le permitirá atravesar la línea mágica de la excelencia es que le toque la lotería de esa décima de segundo inalcanzable para todos los demás.

Uno de esos "instantes" es el de la fotografía de arriba. La "guardé como..." el pasado 1 de agosto de la edición digital de "El Mundo". Estoy buscando a su autor, pero parece ser que la imagen ya no es de su captor, sino del Diario que la utiliza (lo habitual, como nos demostró J.J. Jameson, jefe del Daily Bugle y de Peter Parker-Spiderman).

Mirad esa mirada de fuego, a tricornio quitado, de la guardiesa. Y ese gesto casi asustado de su objetivo carnal, que pensará "la que me espera cuando rompamos filas". Después, todos los compañeros que miran para otro lado, ruborizados y conscientes del incendio sexual que se prepara.

Todos excepto, quizás, el rival o el tímido que, por fin, se atrevió a confesarse y decirle a esa chica, el día de la graduación: "Mira, rubia, que estoy loco por tí". Tanto tiempo esperando a su momento, se quita el tricornio, del cual le queda la pertinaz marca, y ¡zas!, el mundo que se le cae encima.

He aquí un señor instante, hallado en algo tan banal que se repite cada fin de curso y que supone una rutina agosteña para los profesionales de la cámara. Y el gordo cae en pleno verano. Pero el premio se lo quedará el J.J. Jameson de turno (o el P.J. en nuestra versión cañí).


NOSOTRÄSH

Uno de los grupos de referencia en la bisagra de siglo y milenio hispano. Estas gijonesas nos traen recuerdos de aquellos grupos con o de chicas: Penelope Trip, Undershakers o Fresones Rebeldes, que animaban la escena "indie" de aquellos años y a quienes tanto deben las solitarias Russian Red o Anni B Sweet. Arrancaron en 1998 con discos frescos y divertidos como "Nadie hablará de Nosoträsh" y cerraron su trayectoria con un espectacular "Cierra la puerta al salir" (2005). En medio, el disco que sobrevive un poco huérfano de ellas en mi MP3: "Popemas" (2002): 19 bombones de licor y una enorme trufa de puro chocolate: el himno "Tres tristes Tigres".

Nunca ha sido uno de mis grupos favoritos, pero siempre las he admirado por una razón: su valentía para rasgar cuatro (ni uno más) acordes, soportados por un 4x4 "chispún chispún", para lanzarse por esos escenarios del diablo. Una muestra de que no hacen falta grandes virtuosismos para ir dignamente por la vida, sino muchas ganas por contar algo interesante.


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