Ya sabéis aquello de que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad. Y los ancianos, añadiría yo, que cuanto más cerca le ven el rostro a la parca, más políticamente incorrectos son.
NI pipiolos, ni curdas ni abueletes van a tener nada que perder por decir la verdad: Ni por miedo por el trabajo, ni por respeto hacia una amistad y, mira majo, llegados a este punto, que deje de hablarte tu vecino puede ser una bendición. De tal manera que así van por la vida, soltando cuatro frescas cuando menos te lo esperas. Te devuelven la imagen que no has querido ver en el espejo, te enseñan la basurilla que has podido barrer debajo de la alfombra y te demuestran que muchas veces no pasa nada por usar la libertad de decir lo que uno piensa.
De los tres casos, al que más hay que temer es al niño. Su lógica es pura, certera y no tiene piedad. No establece un prejuicio, sino que llega a una conclusión inmediata con los datos que él elija. Y como altavoz, tampoco tiene precio. De ahí esa expresión de "no hablar por haber ropa tendida".
Así que, vamos a ver, entre todos los programadores de televisión que hay por ahí, ¿no juntarán un cerebro que piense que esta joya tiene que volver?
Si es que no hay más que dejarles una cámara y ya se encargarán ellos de
hacerte el programa
OH, LA LA
El paseo que dimos hace un par de días por el sur de Francia me recordó
que no había incluido nunca una recomendación de música de aquellos
lares. Allí recobré un poco de afición por la música de Carla Bruni, sobre
todo al confirmar los rumores de que había triunfado en su objetivo de
colocar sendos cuernos en la silla presidencial francesa. Pero bueno, como
ella se las pinta solita para conseguir publicidad y promoción para sus
discos, voy a presentaros otra chica igualmente guapa y que se lo gana
con otras armas. Además, tiene unos ascendientes expresamente españoles.
Se llama Olivia Ruiz. Os la traigo en el formato de los Conciertos de Radio 3.
Si tenéis tiempo, escuchad todo el concierto, buscad sus clips y haceros con
sus discos.
Bon appetit.
3 comentarios:
Pedazo de programa con sus gallifantes y su Sardá, cuando aún era un ser humano.
Felicidades, abuelo cebolleta. Y también para tu regalo de cumpleaños. Que casualidad, mira que hay dias en el año
Me gusta, lo reconozco... me gusta leerte, cuando pienso que estas acertado o cuando discrepo, la verdad es que da igual.
Muchas gracias por la felicitación y la visita, queridos anónimos.
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