UNA PELÍCULA DE MIEDO

¿Que se te ha averiado el coche? Pasa, pasa, querido...


Lo que se puede aprender de una simple avería en el coche:

  1. Antes se decía que todos éramos médicos o abogados porque, ante un problema físico o jurídico, cada uno daba su diagnóstico o solución. Sin el más mínimo pudor. Bueno, pues a esto hay que añadir que todos somos mecánicos. Si se produce una avería en tu coche habrá tantas causas como personas consultadas. Y nadie acertará, y aquí incluyo al que cobra como mecánico profesional (esos sí, una vez identificada la avería, con todos sus santísimos, te espetará :"¡Ya ves, lo que yo te dije!"). Los demás, aunque ignoren donde queda la bomba de inyección o como funciona la distribución, opinarán con valentía y arrojo ya que si fallan no pasa nada y además es gratis. Curiosamente, algunos de estos buenos opinantes, ni conducen.
  2. La desgracia de uno es la alegría para muchos. Mecánicos, buscadores de repuestos, comerciales, tasadores y toda una pléyade de nuevos amigos se frotarán las manos y afilarán sus colmillos. Tú eres la víctima que, por ser ignorante e incauta, no tiene ningún derecho a protestar.
  3. A nadie le importa un pito tu problema. Te ven llegar con muletas, con hijos a los que hay que llevar al colegio y a las extraescolares, con que tu mujer necesita el coche para ir a trabajar, con citas pendientes en el Hospital: el coche "de cortesía" siempre lo tiene otro, o lo devuelven roto o se lo acaban de llevar. Para ti, una p... como una olla. Aunque pagues a 60 Euros la hora.
  4. La solución para tu avería siempre es la más cara si quieres rapidez y eficiencia. Para cualquier otra alternativa más asequible (e incluso razonable), hay que esperar bien apoyadito en las muletas y ya veremos.
  5. España no puede funcionar bien. Es imposible. Existe en nuestras entrañas un impulso irrefrenable por conseguir el beneficio y la satisfacción inmediatos. El medio y el largo plazo son una quimera. Nuestros padres siempre nos comentaban que había que perder 4 para ganar 5 más adelante. Ya no. El único que pierde es el cliente. La cartera del incauto tiene que adelgazar desde el momento que cruzas la puerta. La fidelización del cliente es una falacia. Hay que chuparle las entrañas y desecarlo. El negocio ya no se entiende como una carrera de fondo, sino como una repetición frenética de "sprints". Y así no se puede progresar.
  6. Hay quien no entiende que las redes sociales no son sólo Twitter o Facebook, sino algo mucho más viejo y sencillo. Si alguien sale echando pestes de un establecimiento quizás tenga conocidos, familiares, amigos y hasta un puñetero blog.
  7. Al final, la amistad y la familia son las únicas que solucionan tus problemas. Cuidad con mucho cariño a las vuestras porque, fuera de ellas, sólo hay un desierto (y más trampas que en una película de chinos).
¿CREÍAS QUE ERAS TÚ SOLO, INGÉNUO?

Vídeo en el que Javier Ojeda cuenta una historia que a mí también me pasó. Yo era uno de esos creía que era el único poseedor del disco de Smitheerens. Hasta que un día pincharon "In a Lonely Place" en un bar de Zaragoza y la empezamos a cantar más de la mitad de los que allí estábamos. Debajo, la original, con los coros de Suzanne Vega. Otra canción que está en esa famosa selección personal y que lleva 25 años poniéndome los pelos como escarpias.


ABERRACIÓN



Un “cover” o una versión es, sobre todo, un homenaje. Parte de una admiración hacia la chispa genial del original y termina en un respeto por la esencia de esa obra. Quizás sea también una manifestación de falta de originalidad, o una pulsión egocéntrica de algún artista por dejar su huella sobre la base de un clásico, pero nos quedamos con la primera intención.

Caso aparte son los AMIGOS DE que reciben el encargo de su discográfica para que perpetren versiones de otra figura de la compañía. Aquí se establecen unos abrazos artísticos de buen rollo y una pasta a repartir. Si hay un poco de cariño, sale alguna cosilla decente. Si, como ocurre en el último engendro alrededor de David Bowie, sólo hay pelillas por medio, que San Apapurcio nos libre del dolor y de los sarpullidos.

Y, finalmente, está el TRIBUTO, grupos que imitan hasta los pelillos del trasero de sus artistas favoritos y pagarán el colegio de los niños con el cariño que les profesan. Yo he pasado momentos estupendos con clones de Blues Brothers, AC/DC, Queen o U2. Todo mis respetos a quien se gana la vida así.

Me gustan mucho las versiones. Sobre todo las que van un poquito más allá (sin pasarse de rosca) del original. Un pequeño arreglo o el añadido (y en especial, la resta) de algún instrumento pueden ser muy interesantes. No comulgo tanto con los “remixes” o las estilizaciones. Me rechinan las versiones funkies, bachateras o sandungueras de cualquier tema, pero me imagino que si el artista o sus herederos lo han aceptado (supongo que más por una legítima excusa alimenticia que por la artística), sus razones tendrán.

Pero si no hay artista, ni posibilidad de homenaje (y sólo queda como resultado un nauseabundo mirarse la pelusillas del ombligo) nos encontramos con la ABERRACIÓN. Cuando se destroza una obra con un martillo, un spray o una voz cazallera reclamo siempre una justicia más cercana a la sharia que al sentido común. Se me dispara la imaginación cuando pienso lo que haría con estos “homenajeadores”.

Si tenéis los higadillos necesarios, entrad en este vídeo. Os advierto que puede herir vuestras susceptibilidades. Sé de alguno de vosotros que no aguantará más de 30 segundos. Estáis advertidos.




Ahora entiendo cómo hemos llegado a la situación artística actual. Los derechos de los autores y la industria audiovisual del siglo XXI están en manos de gente así.

Reflexiones que se me ocurren, a bote pronto:

  • ¿Habrá pagado los derechos correspondientes a Nirvana?
  • ¿Soñó alguna vez Kurt Cobain con esta escena y de ahí su decisión final?
  • ¿Se puede saber qué aplauden esos mentecatos cuando acaba la carnicería?
  • ¿Cómo pueden aguantar la pantomima los estupendos músicos que le acompañan?
  • ¿Este tipo no ha tenido nunca nadie que le quiera y le diga la verdad?
  • ¿Por qué a éste le dan 4 minutos en un programa de TV y a mí, por lo mismo, me echan de los karaokes?
  • ¿Cuantas cucarachas mató con ese baile espasmódico?
  • ¿Cual será el teléfono de su recauchutador?