En este rollo de la crisis, ya
sabéis que lo que más me cabrea es la escasez de imaginación y de sentido
común. Porque vamos a ver: es imposible que podamos reaccionar como alemanes,
norteamericanos, ingleses o chinos. Principalmente porque en nuestros genes no
están las respectivas características de ser cabezotas pertinaces, bravucones
emprendedores, piratas especuladores o trabajadores a destajo. Nosotros somos
otra cosa. Es difícil de definir, pero es, sin duda, otra cosa.
En este
sentido hay un método básico de trabajo para conocer nuestras Debilidades,
nuestras Fortalezas, las Amenazas que
nos acechan y las Oportunidades que la vida nos ofrece. Es el conocido método DAFO:
- Conocemos nuestras Debilidades: no somos lo anteriormente descrito.
- Tenemos bonitas Fortalezas, que pasaré luego a enumerar.
- Las Amenazas no son otras que las de intentar luchar en inferioridad de condiciones contra esos monstruos del capitalismo global.
- Las Oportunidades están ahí para quien quiera verlas.
Y aquí es donde interviene la
perspicacia de mi mujer. Me pasma su sentido común. En resumen, y siguiendo a rajatabla el método DAFO, concluye: no sabemos construir coches, no
tenemos capacidad militar, somos unos vivalavirgen y, por supuesto, somos
incapaces de estar en una tienda 24 horas o de fabricar plastiquejos a peseta
la jornada. Lo que sí hemos sabido hacer durante estos últimos años (mal que le
pese a alguno o que sea tan ciego que no lo quiera ver) es crear un Sistema de
Salud de Primera División. Nuestra denostada Seguridad Social ha sido un vivero
de profesionales como la copa de un pino y la atención universal, la bandera de
nuestra escasa modernidad. Los que habéis viajado un poco por ahí tenéis que darle la razón: en esto, amigos,
podríamos ser una potencia.
Imaginaos:
crearíamos la gran industria de la atención hospitalaria. Dirigida a alemanes,
norteamericanos, ingleses, rusos o saudíes septuagenarios. Investigaríamos en
implantes, técnicas quirúrgicas, prótesis y métodos de buena convalecencia.
Llegado el momento del final, seríamos especialistas en cuidados paliativos y
en despedir a estos amables turistas, con una sonrisa, en su camino hacia el Más
Allá. Todo ello en los enclaves paradisiacos de nuestra costa, de nuestras montañas
o (si evitamos la contratación de capitanes Schettinos) en flamantes cruceros
fletados en los astilleros gaditanos; dispondríamos de nuevo de vuelos chárter con Spanair para traer jubilados
suecos; reflotaríamos Balnearios actualmente en horas bajas…
Turismo y atención sanitaria.
Junto al Banco de Santander, el Fútbol o Inditex,
nuestros casi únicos valores patrios. En estas Fortalezas se basarían nuestras
Oportunidades. Habría trabajo para todas
las capacidades: médicos, enfermeros, auxiliares, terapeutas, camareros,
paseadores, cuentacuentos y enterradores. Se fomentaría la I+D en la búsqueda
de tratamientos y tecnología para el diagnóstico. Seríamos captadores de mano
de obra especializada y de cerebros de la neurocirugía. Incineraríamos carne
nórdica con esmero, cariño y dedicación.
Reflexionad un poco con esta
propuesta mientras nuestras lumbreras se entretienen en pergeñar el último
e inútil recorte.
Por mi parte, sigo pensando que
mi mujer es un genio. Y no tengo ninguna duda de que podría ser Presidente del
Gobierno y solucionar todo este berenjenal. A todas sus grandísimas
capacidades se le une una característica común con los que nos han gobernado
estos últimos 80 años: tampoco se maneja muy bien en inglés.
Y, por supuesto, el verdadero jefe:
2 comentarios:
Dile que yo la votaría!!! Sólo por verte a tí de primer damo ;-)
Pue muchas gracias de su parte
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